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lunes, 3 de agosto de 2015

William MacDonald - Mi Corazón, Mi Vida, Mi Todo


El fuego de Dios, en la antigua Israel, hizo una de dos cosas:

- purificaba quemando las ofrendas por los pecados cometidos fuera de las campiñas
- o, santificaba dejando un dulce sabor por lo que se ofrecía en el altar de bronce ante al Señor.

Hoy tenemos la misma elección.

CompromisoTotalCada momento, cada centavo, cada talento dados a nosotros, si son desperdiciados para nuestro proprio bien, terminarán consumiéndose en el fuego, evaporizándose delante de nuestros propios ojos.

Pero si los mismos recursos son ofrecidos al Señor, en el nombre de Jesucristo, serán aceptados por el Dios de los Cielos como recordatorio del Gran Sacrificio de Su Hijo. Pero, ¿Cómo podemos alcanzar este grado de compromiso?

FORMATO: PDF

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