Estamos en un tiempo de cambios, modas y transformaciones; un tiempo en que la mayoría de personas buscan lo nuevo y lo que sale de la rutina. Muchos viven apresurados en sus negocios, y en sus vidas; lo que esto esta ocasionando es un mundo lleno de personas cada día mas solas y vacías, y lo lamentable de esto es que también esta sucediendo lo mismo dentro de las “iglesias de Cristo”: el tiempo de las novedades, la emoción del baile dentro de la iglesia, lo “apostólico y profético”, los nuevos predicadores de multitudes que se están levantando, la construcción de templos cada vez más grandes, entre otras cosas, es lo que más vemos y oímos en estos días; todo esto es bueno, pero hasta cierta medida, porque hay cosas que se están dejando de lado, como la predicación de la venida de Jesús, y la expectativa que como cristianos debemos tener a este hecho que es el más importante en el cristianismo, y a esto se suma la carencia de santidad en la mayoría de iglesias que han dejado su primer amor, es más, hace poco escuche decir a un predicador que ya no es necesario preocuparnos por la venida de Jesús, y más bien preocuparnos porque mientras estemos aquí en la tierra prosperemos.Yo creo que es importante hablar de liderazgo, prosperidad, visión y todo eso, pero todas estas cosas deben apuntar siempre a la predicación del evangelio de Cristo y a su venida.Jesús habló muchas veces de su venida, todos los apóstoles lo hicieron y nosotros no somos mejores o más santos que ellos.Entonces este libro es para avivar en el pueblo de Dios la expectativa a este acontecimiento que sin duda será el más importante en la historia de la humanidad.“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Si, amén”. (Apocalipsis 1:8).
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