Nadie está fuera del alcance del poder transformador de Dios. Nadie está demasiado perdido, ni es demasiado malo, o está demasiado herido, o su condición es demasiado imposible. En las páginas del Nuevo Testamento, vemos que Jesús tocó la triste vida de una prostituta y al líder arrogante y ávido de poder. A menudo hablamos de la maravillosa manera en que Dios nos trata y cantamos “Sublime Gracia”. Sin embargo, hubo veces en que los escritores de los evangelios enfocaron esto desde otra perspectiva y escribieron que Jesús se maravilló de la fe de algunas personas. Una vida de fe no es fácil. Requiere de todo lo que tenemos. Cuando rendimos estas cosas, Dios llena nuestro corazón con su amor, su fuerza, y su propósito, y nos sentimos completos en Él.
FORMATO: PDF
DESCARGAR TusFiles
Publicar un comentario