• ¿Dónde se encuentra el diezmo en el Nuevo Testamento?
• ¿Debe la Iglesia del Nuevo Testamento guardar la Ley de Moisés?
• ¿Es ahora la iglesia local el granero?
• ¿Por qué necesitan tanto dinero las iglesias?
• ¿A dónde enviaban los creyentes del Nuevo Testamento sus donaciones?
• ¿Debe el ministerio del Nuevo Testamento vivir de los diezmos?
• ¿Recogió o recibió Jesús diezmos?
Estas preguntas y más encuentran su respuesta en las Escrituras y las respuestas pueden sorprenderlo. Si lee este libro cuidadosamente y sin prejuicio, encontrará muchas preguntas profundas y estimulantes y puntos dignos de consideración. Esto no está escrito como una crítica de la Iglesia, Dios sabe que todos somos falibles, sino comenzó como un estudio personal con respecto al diezmo del diez por ciento y la Iglesia.
Bajo inspiración, mi esposa y yo reconocimos la mano de Dios cuando empezamos a escribir. En momentos claves, Dios me dio referencias en la Escritura para que yo las buscase en la Biblia y, a luego, abría mi comprensión de cómo eso harmonizaba, o no, con la Iglesia. Al continuar añadiendo a nuestro entendimiento y a medida que la unción de 1 Juan 2:27 nos iba enseñando, línea sobre línea se fue desdoblando de las
Escrituras, hasta que llego el punto en que comprendimos que éste es un mensaje importante para la Iglesia.
Como nuevos Cristianos, luego como líderes, ancianos, y pilares en el cuerpo de la Iglesia, hemos practicado el dar el diezmo y el donar fielmente. Nuestra odisea cristiana nos llevo a través de cuatro iglesias y bajo diez ministerios pastorales diferentes. Fue un comentario casual de la esposa de un ex pastor con respecto al diezmar haberse vuelto "un quehacer" que inicio nuestra investigación con referencia a este tema en la Biblia, y los resultados fueron, francamente, sorprendentes.
Se dice que la Biblia habla más sobre nuestra mayordomía financiera que muchos otros temas. Si esa declaración es verdad, entonces esta es una obra importante.
Esperamos que no tome nuestra palabra o conclusiones para sí, sino que usted también, busque en las Escrituras devotamente y permita que Dios establezca lo que es la verdad en su corazón. Debemos obedecer a Dios por encima de los hombres y Dios no hace acepción de personas. Si el hombre está equivocado y Dios revela el error,debemos arrepentirnos y caminar en mayor luz. El hecho de que Dios envía revelación al cuerpo de Cristo y llama a algunos a separarse de sus tradiciones es un patrón bien
establecido en la vida histórica del Cuerpo de Cristo. El señalar error en la doctrina o enseñanza de una iglesia no es sembrar discordia; el apóstol Pablo públicamente corrigió o expuso el error al menos diez veces en las Escrituras, e incluso nombrando personas. Paz a cualquier precio es una fórmula para desastre y el error trae discordia.Históricamente, la iglesia del establecimiento siempre ha resistido nueva revelación, si
de parte de profetas, Jesús, Lutero, o de los primeros Pentecostales y ahora esto. El propio Jesús vino y llamo fuera a un remanente de la iglesia apóstata de Israel con su levadura y sectarismo fragmentado.
Este libro se dedica a aquéllos que quieren oír y seguir la voz del Gran Pastor, Jesuristo.
FORMATO: PDF
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